En el año 2014, Brasil acogía el Mundial con ganas de añadir una sexta estrella a su camiseta. La ‘Canarinha’, que no logra la Copa del Mundo desde el año 2002, llegó hasta semifinales, donde se topó con Alemania, la cuál pasó por encima de ellos en la que posiblemente sea la peor derrota de la historia de Brasil.
Las semifinales del Mundial depararon la posibilidad de que en la final pudiéramos ver nada más y nada menos que un Brasil-Argentina. Y aunque la albiceleste sí llegó al último partido, el día ocho de julio nuna se le olvidará a ningún brasileño, pues en el estadio Mineirao vivieron una pesadilla ante la que a la postre sería la campeona del mundo.
Brasil contaba para ese partido tan importante con dos bajas destacadas. La principal era Neymar, que en cuartos de final se marchó lesionado de la espalda ante Colombia, mientras que Thiago Silva tampoco podría estar en el duelo por sanción, dejando un coladero monumental en la zaga.
Pasado los primeros diez minutos de juego, Müller hacía el primero en un saque de esquina rematando a la perfección con su pierna derecha el centro de su compañero. Alemania empezaba a dominar, y a partir del minuto veinte mostraría su superioridad con cuatro goles en siete minutos.
En el veintitrés, Klose, que en primera instancia se había topado con Julio César, puso el 0-2. Un minuto después, un excelente golpeo de Kroos, el cual el guardameta brasileño no logró despejar a pesar de tocar la pelota, puso el 0-3 en el electrónico. El cuarto también fue obra del actual jugador del Real Madrid, que aprovechó el regalo de Khedira para anotar prácticamente a placer. Precisamente sería Sami Khedira quién pusiera la manita con la que se llegó al descanso, ganando Alemania en todos los aspectos a una Brasil que estaba a su merced.
En el segundo tiempo continuó el festival alemán. El autor del sexto y séptimo tanto fue Schürrle, quién primero le ganó la partida a toda la defensa brasileña y después anotó el último gol alemán desde un ángulo inverosímil, siendo toda una maravilla. Con el tiempo reglamentario ya cumplido, Óscar haría el definitivo 1-7, el cuál ni tan siquiera se podía considerar el gol del honor.
Sin duda alguna fue un partido para la historia, esa que tantas veces había sonreído a Brasil, pero que esta vez haría que los propios futbolistas se sintieran avergonzados de no haber estado a la altura de la selección más grande de la historia, pues Brasil ha sido siempre la referente en el mundo del fútbol. Tras aquella negra noche, Brasil sólo pudo consolarse con la derrota de Argentina en la final, pues no sabemos si hubieran podido soportar después de aquella humillación que su máxima rival hubiera levantado el título en su país.
Fotografía: tn.com
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