¡Buenas mis amores! ¿Cómo os está tratando la semana? Durante estos días que hemos de estar en casa por la gravedad de la pandemia mundial por el Coronavirus, o el famoso COVID-19, no se me ocurre algo mejor que hacer es escribiros todos los detalles que me faltaba por contaros de Berlín.
De esta forma, podremos seguir “viajando” en cierta forma, siguiendo siendo responsables con las medidas pertinentes recomendadas. Ya sabéis, tenemos cientos de cosas que hacer en casa. Cambiar esa bombilla que llevas tiempo queriendo arreglar, probar a hacer pan casero por primera vez o montarte una super maratón en Netflix. Pero… ¡Quédate en casa, por favor!
Cosas que NO te puedes perder de Berlín:
Sube a la cúpula del parlamento (Reichstag).
Subir a la cúpula del Reichstag (el parlamento alemán) es gratuito e increíble (incluso te dan una guía para que puedas ir escuchando las explicaciones de las diferentes áreas de la ciudad en tu idioma natal conforme vas subiendo por la cúpula). ¡Tienes que tener reserva! La puedes hacer por internet solicitando la fecha y hora que os vengan mejor.
Id con antelación, ya que antes de acceder os harán un super control de seguridad al más puro estilo alemán.
Vais a alucinar con la experiencia de las vistas, la historia del parlamento y la experiencia en general.
Atraviesa la puerta de Brandenburgo a pata coja
Es uno de los símbolos más importantes de la ciudad desde el año 1791. Tras la caída del Muro de Berlín se convirtió en uno de los iconos que representan la reunificación alemana. ¿Lo mejor? Ir a verla al anochecer. Nosotros tuvimos oportunidad de verla tanto de día como de noche porque nos pillaba cerca para ir a visitar varias cositas de la ciudad. ¡Es increíble a cualquier hora! Pero durante la noche, evidentemente, no está tan masificada.
Lo de “a pata coja” es una tontería mía por hacer una foto más graciosa.
Cruzar el Checkpoint Charlie
El cual separaba la zona americana de la soviética no hace tantos años. Una historia fría y no tan lejana a nuestros tiempos.
Visitar el Muro de Berlín
Aún quedan fragmentos del muro que dividió la ciudad durante la friolera cantidad de 28 años. La mayor parte fue derribada en su famosa caída en los años noventa. Sin embargo, se mantienen algunos fragmentos que nos permiten revivir lo que pasó no hace tanto tiempo. Por favor, no pintéis en el muro ni destrocéis nada de este agrio recuerdo de la historia.
¿Tienes tiempo? Vete a Potsdam
Si tienes tiempo no lo dudes ni un segundo. En una visita que puedes hacer por tu propia cuenta puedes ver la maravillosa ciudad de Potsdam. Allí encontraréis la residencia de verano de Federico el Grande: el Palacio Saussoni. Déjate llevar por su precioso centro histórico y no te pierdas el barrio holandés, sintiéndote como si estuvieses en Ámsterdam de repente.
Vive una misa protestante en la catedral de Berlín
Si casualmente pasas por allí un domingo no pagues la entrada de guiri. Entra a la misa de las 12 y déjate llevar por la grandiosidad de su interior. Es el edificio religioso más representativo de la ciudad. Sus principales elementos son el órgano de Sauer, el altar principal y el púlpito neo-barroco. Si queréis visitar su impresionante cripta formada por las tumbas de los miembros de la casa Hohenzollern, su entrada cuesta 7 euros.
Si Berlín es la ciudad de la cerveza y de los pretzels…
¡Pues si cada año se consumen una media por persona de 131,7 litros de cerveza lo primero que tienes que hacer nada más llegar es probarla!
¿Y qué será un pretzel? Es un tipo de bollo horneado y retorcido en forma de lazo que junto a la cervecita, está ¡increíble!
Cuando caiga la noche, ve al Sony Center
Es el complejo de edificios comerciales construidos por Sony en la Potsdamer Platz de Berlín en el año 2000. Fue diseñado por Helmut Jahn y actualmente podrás encontrar allí una gran variedad de tiendas, restaurantes, salas de conferencias, hoteles, oficinas, museos, cines… Además de los grandes almacenes de Sony. Además, la leyenda cuenta que allí está expuesta la pantalla más grande de Sony, la cual es utilizada en los grandes eventos deportivos como el Mundial de Alemania de 2006, donde se pone a disposición de los espectadores sentados en el gran espacio interior.
Patea esta preciosa ciudad, déjate perder por sus callejones, respira esta historia no tan lejana que tenemos, descubre lo que pasó, entiende la personalidad de sus habitantes, disfruta su gastronomía y vuelve. Sabiendo un poco más, respetando que la forma de ser de sus ciudadanos está marcada por un pasado doloroso. Disfrutando de su organización y del respeto al civismo que tienen interiorizado. Por lo que, cuando todo esto pase, que pasará, ya tienes un nuevo destino más que visitar.
¿Habéis estado ya en esta increíble ciudad que tiene tanto que ofrecernos? ¿Cuál es vuestro top imprescindible?
Os dejo con algunas fotos por aquí y muchas más por el blog, Instagram y Facebook.
No dejéis de visitarme para cualquier consulta que os pueda surgir en la que os pueda asesorar 😉
¡Besotes aplastantes, toneladas de optimismo intravenoso y hasta la próxima quincena!
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