La temporada más complicada del Real Madrid cumplió con los malos pronósticos, y en apenas una semana, el equipo blanco sufrió tres derrotas que supusieron la eliminación de dos competiciones, y prácticamente la imposibilidad de la Liga.
El día 27 de febrero, el conjunto merengue se jugaba el pase a la final de la Copa del Rey frente al FC Barcelona, después de que en la ida en el Camp Nou el resultado fuese 0-0. El Real Madrid dominó y gozó de las mejores oportunidades, pero su rival fue mucho más efectivo y logró un contundente 0-3. Dos goles de Luis Suárez; el segundo de penalti a lo Panenka, y otro de Varane en propia puerta, dejaron K.O. a un Real Madrid que no logra este trofeo desde hace un lustro.
Apenas cuatro días más tarde, el Clásico se repetía en la competición doméstica. El Real Madrid no supo hincar el diente a su máximo rival en este partido, y el FC Barcelona volvió a conseguir el triunfo. Un trabajadísimo 0-1 fue suficiente para los culés, que por medio de Rakitic ampliaron la ventaja a 12 puntos sobre el cuadro merengue. Aunque parezca raro, esta es la única competición en la que puede tener un mínimo de esperanza el Real Madrid, pues hasta que matemáticamente no tenga opciones, todo puede pasar.
La semana negra del Real Madrid se completó con la eliminación de la Champions League ante el Ajax. A pesar de traer de Holanda una ventaja de 1-2, los blancos fueron goleados 1-4 y se despidieron del torneo que históricamente habían ganado tres veces de manera consecutiva.
La mala planificación de la temporada ha llevado al desastre las aspiraciones madridistas cuando aún estamos en marzo, y es que por muchos futbolistas de calidad de los que dispongas, no se te puede ir un jugador que te ha marcado 50 goles por temporada en los últimos años, y no fichar a un goleador de garantías que al menos pueda hacer sombra a estos números.
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