El próximo 10 de marzo se verán las caras, en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán, el Sevilla FC y el Valencia CF. Estos dos equipos son históricamente de los más fuertes de nuestro país, pero hay una fecha que creó máxima rivalidad entre ellos, pues los andaluces se metieron en una final de la Europa League en la cual ya se veían los valencianistas a menos de dos minutos del tiempo añadido.
Era la temporada 2013/14 cuando Sevilla y Valencia se jugaban las semifinales de la Europa League por un puesto en la final, cuyo rival sería el Benfica. El partido de ida se jugó en tierra sevillista, dejando un marcador de dos a cero para los de Unai Emery. M’Bia abrió la lata con un gol con la espuela del cual se quejó mucho el equipo ché, ya que la jugada debió ser anulada previamente por fuera de juego. Con el calentón de los futbolistas del Valencia, el cuadro sevillista aprovechó para abrir brecha con un tanto del colombiano Bacca. Con ese marcador favorable al Sevilla FC, la eliminatoría se decidiría en Valencia.
Aún sin saberlo, el 1 de mayo del año 2014 cambiaría la historia de los enfrentamientos entre estos dos equipos, pues ese día Mestalla pasó de la alegría al llanto en breves segundos. Los valencianistas necesitaban darle la vuelta al marcador, y aunque parecía una hazaña dificil de lograr, el conjunto ché lo consiguió. Feghouli inició el camino de la remontada con un tanto cuando apenas se llegaba al primer cuarto de hora. Sólo diez minutos más tarde, un cabezazo de Jonas que se estrelló en la madera, acabó rebotando en Beto y cruzando la línea de gol. No había pasado ni media hora de juego y el Valencia ya había empatado el global.
En el minuto 70, una jugada a balón parado finalizó con Mathieu rematando a gol el que era el tercer tanto valencianista, y el cual clasificaba en ese momento al club valenciano. Mestalla ya veía a su equipo en la final. Un claro ejemplo de esto fue el comentario del ex-capitán del Valencia, David Albelda, en la radio la cual comentaba aquel día el choque, asegurando que nunca había visto peligrar la eliminatoria.
Pocos instantes después se vio retratado, pues cuando casi se cumplía el cuarto de los cinco minutos de prolongación que se habían añadido, un cabezazo de M’Bia metió al Sevilla FC en la final de la Europa League, la cuál logró tras vencer en la tanda de penaltis al ya mencionado Benfica.
La afición valencianista no se lo podía creer, pues ya se veían clasificados tras haber sufrido las consecuencias arbitrales del enfrentamiento de ida. Los aficionados sevillistas que acudieron a Mestalla vivieron una auténtica fiesta tras la hazaña conseguida por un Sevilla que veía como el tiempo corría en su contra. Este partido creó un antes y un después, ya que la afición valencianista vio aquella eliminatoria como un robo arbitral. No sabemos que ocurrirá en el próximo partido entre ambos equipos, pero seguro que los jugadores del Valencia tendrán muy presente lo ocurrido aquella noche, y no volverán a confiarse nunca más cuando el triunfo esté siendo por la mínima, sobre todo si es en una eliminatoria como la de aquella ocasión.
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