Junto a la Vida Caritativa, la Vida Sacramental y Oracional y la Vida Comunitaria, la Catequesis es uno de los pilares que sostiene y dinamiza la fe de nuestras comunidades parroquiales.
El sacerdote posee el ministerio de enseñar la doctrina de la Fe católica y junto a un equipo de seglares, de religiosos y religiosas desempeñan esta misión importantísima que hace que nuestras agendas y programaciones empleen numerosos medios y acciones, ocupándonos mucho de nuestro tiempo y poniendo en ello muchas de nuestras energías.
En nuestra Parroquia de Santa María de la Encarnación y San Juan Bautista de Vélez-Málaga, al igual que en las parroquias vecinas y en las de todas las diócesis, la catequesis ocupa un lugar prioritario. Nuestra Comunidad concretamente cuenta con una plantilla de unos cien catequistas. Sesenta catequistas de niños en la iniciación sacramental, que componen tres cursos y congregan a unos seiscientos niños. Diez catequistas de niños y adolescentes de Perseverancia, que reúnen a unos cuarenta niños. Seis catequistas de jóvenes, que reúnen a unos cuarenta jóvenes. Diez catequistas de Confirmación, que preparan durante un año a unos doscientos adultos que recibirán este sacramento. Siete catequistas de Pre-Bautismales y Pre-Matrimoniales, que preparan al año a unos ciento cincuenta padrinos de Bautismos y unas cuarenta parejas de novios que reciben el Sacramento del Matrimonio en nuestra Parroquia, en San Francisco y en otras parroquias de la Axarquía. Cinco Catequistas de Lectio Divina, que acompañan la formación de treinta adultos. Una catequista en la Pastoral de la Salud que acompaña a un grupo de quince personas que luego visitarán a los enfermos de la feligresía. El denominador común de estos colaboradores es la animación de la fe que ellos trasmiten, pues un catequista es alguien que vive su fe con intensidad y que sigue los pasos del único Maestro: Jesucristo, al que ama y se siente perteneciente y vinculado a la Iglesia, y de una forma concreta, eficaz y pasional en la parroquia, que es el lugar donde vivimos, celebramos, nos formamos, compartimos, nos unimos y hacemos crecer la fe. Un catequista imitando a Jesucristo, nos tiene que ayudar a reflexionar, a meditar y a rezar a través de dinámicas, oraciones, canciones y actividades que principalmente nos impulsan, regeneran y nos unen más a Cristo y a su Iglesia.
Nuestros catequistas predican con sus palabras y con sus acciones, por ello es muy importante el testimonio que damos en la comunidad donde nos encontramos. La participación de nuestros catequistas en la Misa Dominical es clave para que las catequesis de cada grupo tengan un buen funcionamiento. Junto a la Eucaristía dominical es muy importante participar en las dinámicas de Oración que la parroquia nos ofrece en el Adviento y en la Cuaresma, principalmente en las jornadas de Retiro y Oración que realizamos y cada jueves en la Oración Comunitaria con la Exposición del Santísimo. La lectura asidua del Evangelio y el estudio de la Lectio Divina tiene que ir creando en nosotros, los catequistas, una dinámica de escucha y de aprendizaje propio de aquellos que valoran la vida espiritual y saborean las enseñanzas del Maestro. También debemos de mencionar la Escuela Teólogica de la Axarquía, donde cada viernes reciben Formación los agentes de pastoral. Todos los catequistas deberían cursar estos estudios primarios en la vida de la Iglesia. Los catequistas se sienten pecadores, débiles y frágiles, por eso celebran el sacramento de la Penitencia en varios momentos del curso parroquial. La conciencia solidaria y social hace que tengan gestos y signos al compartir con los más necesitados, por eso colaboran con Caritas, con Manos Unidas y con el DOMUD en sus campañas y en acciones correspondientes ante los proyectos misioneros, como la Gala Intercultural que la Pastoral de Migración celebra cada año en el mes de enero o ante las necesidades inmediatas de las carencias de las familias más pobres de nuestra Ciudad; colaborando con Caritas, con el Banco de Alimentos, con las campañas de recogida de alimentos, juguetes o productos de higiene personal y de limpieza, etc…
Los catequistas son personas que crean equipo, unidad, huyen de todo ambiente de murmuración o de crítica mordaz, corrigen con amor; el respeto, el diálogo, y la tolerancia están siempre en su mente y en su corazón… claro, cuando están unidos al Señor, la fraternidad se multiplica.
Siempre desde las orientaciones y directrices de nuestra Delegación Diocesana de Catequesis. Nuestros catequistas cuando viven así, la evangelización en nuestros niños, adolescentes, jóvenes, adultos y mayores fluye como el agua viva que brota de un manantial imparable. Ofrecen lo mejor de sí mismos. Por eso te invito a que los conozcas y los veas en su propio terreno, en cada celebración y Eucaristía, a través de sus gestos, de sus palabras, con su participación en canciones, dinámicas, dibujos, murales, coreografías… con sus textos en oraciones de perdón, de ofrecimiento, de intercesión o de acción de gracias.
Cuando finaliza cada curso pastoral parroquial y reviso el trabajo realizado y las acciones, celebraciones, eucaristías vividas y compartidas, es ahí donde me doy cuenta de la riqueza inestimable del grupo de catequistas que posee nuestra Comunidad Parroquial que hace que la puesta a punto de este grupo estén siempre activados para emprender uno y mil proyectos.
Gracias a todos aquellos que habéis recibido la llamada del Señor y habéis sabido responderle consagrándoos a Él en su Iglesia a través del ministerio de la catequesis y gracias a todos aquellos que perseveráis y seguís renovándoos, haciendo que la ilusión y el deseo de dar a conocer a Jesucristo y a su mensaje brillen siempre en vosotros a través de vuestro humilde pero real testimonio.
Imagen: ProgressiveChristianity.org
Deja una respuesta