Desde los inicios de la competición se han buscado ayudas ergogénicas para mejorar el rendimiento de los atletas.
Una de esas sustancias a las que se le ha atribuido ”poderes” para la mejora de las marcas, ha sido al bicarbonato sódico, pero ¿Realmente existe evidencia de este vigor extra que muchos entrenadores aseguran que puede aportar?
Haciendo una búsqueda en las bases de datos científicas y recogiendo la última bibliografía sobre esta materia, se puede observar en numerosos trabajos que esta suplementación puede ayudar a mejorar en algunas facetas de los deportistas, por ejemplo a realizar sprints repetidos.
Los sistemas de almacenamiento de H+ están asociados a la habilidad de realizar sprints, por lo que parece que con el bicarbonato se puede ver incrementada la capacidad de almacenamiento y esto puede beneficiar a la hora de ejecutar la actividad, llevando todo esto a crear una mejor tolerancia a la fatiga, incluso retrasándola.
En los años 80, ya varios trabajos mostraban mejoras del rendimiento en atletas que tomaban este compuesto, incluso el instituto del deporte australiano publicó en 2011 un protocolo para ingerir esta sustancia.
El atletismo, el ciclismo o la natación son los deportes que más pueden beneficiarse de esta ayuda ergogénica, pero cuidado ya que se ha demostrado que el consumo de bicarbonato de sodio puede ocasionar algunos efectos secundarios, desde vómitos y diarrea a calambres musculares o erosiones del aparato digestivo, por lo que si te ves interesado en el consumo de este suplemento, lo mejor es que consultes con un especialista que sea el que te paute las tomas.
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