Estoy seguro que todos vosotros habéis vivido de alguna u otra manera, la típica situación de… “si no quieres las lentejas ahora, te las meriendas y si no te las cenas”. Ha sido la manera mas antigua de presionar a los hijos para tratar de que consumieran la comida que se negaban comer.
Este método de presión ha estado con nosotros desde la época de nuestros padres, abuelos, padres de nuestros abuelos, abuelos de nuestros abuelos… en definitiva, desde los anales de la historia. Pero, ¿os habéis parado a pensar si realmente es el mejor método para crear adherencia a los platos de comida “menos llamativos”?
Según la ciencia, la forma de educar nutricionalmente de los padres parece influir en el estado nutricional de los hijos. Independientemente del tipo de familia, el estilo educativo de los padres se asoció con el estado nutricional de los niños de la siguiente manera: el estilo protector con exceso de peso, el democrático con estado nutricional normal, mientras los estilos autoritario y negligente se asociaron con malnutrición por exceso o déficit.
- Padres autoritarios: presentan un alto nivel de control y bajo nivel de afecto, no suelen dialogar y favorecen las medidas de castigo, restringiendo la autonomía y la espontaneidad de los hijos.
- Padres democráticos: ofrecen mucho afecto y control a la vez, aceptan los errores de los hijos pero fomentan el respeto y el reconocimiento mutuo.
- Padres sobreprotectores: impiden que el niño pueda alcanzar su independencia, responsabilidad y desarrollo de la creatividad.
- Padres negligentes: son aquellos que no cumplen su función.
Como vemos, parece que el método usado una y otra vez por todas las generaciones no es la mejor manera de convencer a los hijos para comer.
Si usas este método continuamente, probablemente, a la larga no consigas tu objetivo. Existen técnicas mucho más eficientes para tratar que los niños consuman alimentos que no quieren, como por ejemplo, presentarle los alimentos de manera llamativa, diferente, dejarles que sean ellos mismos los que decidan la cantidad a consumir y la forma de hacerlo.
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