El bicho la ha liado. Y bien liado. Hablo por supuesto del coronavirus, ese que está logrando lo nunca antes visto, que todos los españoles (o casi todos) nos quedemos en casa. Cuando esto acabe, porque lo hará, tendremos más ganas que nunca de tirar la casa por la ventana. Sin embargo, no estará la economía doméstica en su mejor momento, hay que ser realistas. Pero no dejemos que tener la hucha un poco más vacía nos lleve a un segundo confinamiento, busquemos planes BBB, es decir, ¡buenos, bonitos y baratos!
A menudo esos planes buenos, bonitos y baratos traen consigo algo que se ha perdido con el tiempo: conocer nuestro entorno. Estamos tan obsesionados con conocer países extranjeros y lugares recónditos y lejanos a nuestras fronteras… que a menudo nos olvidamos de los pueblos vecinos. En los alrededores de Vélez-Málaga hay infinidad de rincones por descubrir sin que el bolsillo se vea perjudicado. Hoy quiero hablaros de uno de ellos. Se trata de Macharaviaya.
Todo el mundo por estos lares conoce Macharaviaya. Puede que no hayan pisado este municipio de la Axarquía en la vida pero seguro que habrán visto el cartel de salida a este pueblo desde la autopista.
Aunque hoy en día Macharaviaya cuenta con menos de 1.000 macharatungos, hace centenares de años esta villa llegó a tener 3.000 habitantes y ser conocida como “el pequeño Madrid”. Todo esto fue gracias a una familia que cambió por completo el devenir de la región, sacándola de la pobreza y dejando una huella todavía hoy palpable gracias a la conservación de la cultura y el patrimonio histórico de Macharaviaya.
Se trata de Los Gálvez, (https://subealanabe.com/espana/macharaviaya-familia-galvez/) una familia de origen cordobés cuyo corazón fue macharatungo por el resto de sus vidas desde que se asentaron en el municipio malagueño. Los más conocidos fueron José y su sobrino Bernardo.
El primero, político y abogado, llegó a ser Ministro de Indias durante la monarquía de Carlos III. Mientras, su sobrino luchó contra los ingleses y reconoció la independencia de Estados Unidos, además de conquistar las ciudades americanas de Mobile y Pensacola, ambas ciudades hermandadas en la actualidad con Málaga y Macharaviaya. Tal es el vínculo con los yankees que los macharatungos celebran cada año la conmemoración del 4 de julio, el Día de la Independencia de los Estados Unidos, en honor a Bernardo de Gálvez, su vecino más célebre y, además, el único español reconocido como ciudadano honorario de Estados Unidos, título que solo ostentan otras seis personas en el mundo.
Pero no solo por haber contribuido a la independencia del pueblo americano es famosa la familia Gálvez. Gracias a su posición política y social, los Gálvez llevaron la prosperidad a Macharaviaya con el empedrado de calles, la construcción de fuentes o la creación de caminos que para unir la población con Vélez-Málaga, Málaga y Antequera. También apostaron por el comercio local con la creación de carnicerías y telares aunque lo más significativo siempre fue la construcción de la primera Real Fábrica de Naipes, con la que los Gálvez lograron la exclusividad en la venta de naipes a Estados Unidos.
Aunque la historia de esta fábrica de naipes es curiosa, la cruda realidad es que su actividad no fue muy próspera. En más de una ocasión tuvo que ser cerrada a cal y canto porque no daba más que pérdidas económicas pero el amor de los Gálvez por Macharaviaya y su empeño lograba que sus puertas se reabrieran una y otra vez. Los pilares de esta fábrica vacía se convirtieron con el paso de los años en hogares, pero recorriendo las calles del pueblo es posible encontrar algunos de sus muros.
Otra de las grandes e históricas conquistas de los Gálvez en Macharaviaya fue la construcción de la basílica del pueblo: la iglesia de San Jacinto. Se la conoce como la hermana pequeña de la Catedral de Málaga porque las piedras usadas para construir ambos templos provienen de Valle Niza. Por cierto, dicen que la culpa de que a la manquita le falte una torre es de Bernardo Gálvez, pues el dinero con el que se iba a construir se destinó a ayudar a este coronel macharatungo durante sus batallas en América del Norte.
Toda esta historia la pueden conocer en el Museo de los Gálvez, recorriendo las calles del pueblo y también en el Mausoleo, donde aún hoy permanece enterrado José de Gálvez, quien, por encima de todo, era macharatungo. Porque ya saben uno es de donde pace, no de donde nace.
Los Gálvez libraron muchas batallas. Y la que libramos ahora nosotros contra el coronavirus requiere quedarnos en casa pero cuando volvamos a pisar las calles, los macharatungos y su increíble historia le estarán esperando. Mientras, ¿qué tal un tour virtual por Macharaviaya? (http://www.macharaviaya.es/media/TourVirtual/)
Me gustaría visitar este pueblo por que mi apellido es Macharaviayae m podría decir que lugares hay para visitar