¡Bienvenidos a 2021! El año en que el coronavirus seguirá entre nosotros, pero con un poco de suerte, podremos volver a viajar un poquito más (¡o eso espero!).
Para mí, una de las mejores cosas que tiene viajar es descubrir cosas nuevas. Puede ser la gastronomía, pueden ser monumentos o pueden ser rincones especiales. Lo que sea. En mi caso, hoy quiero recordar contigo algunas historias o leyendas curiosas que descubrí viajando por Dublín, Edimburgo y Japón.
LEYENDAS SOBRE LAS PUERTAS DE COLORES DE DUBLÍN
Si has estado en Dublín, o si has bicheado por Internet un poco sobre esta ciudad irlandesa, sabrás que las puertas de colores son un clásico en Dublín. Nadie sabe a ciencia cierta cuándo ni porqué se empezaron a pintar las puertas de colores, pero hay tres leyendas que hacen cábalas al respecto:
- Rebeldía contra los ingleses. Según la leyenda, en 1861, cuando murió el príncipe Alberto, la Reina Victoria de Reino Unido comenzó un luto muy riguroso, tanto que evitó aparecer en público durante un tiempo. Pero eso no fue todo, la Reina quería que todos los ingleses, incluidos los irlandeses, compartieran ese luto y tristeza. Por eso, ordenó pintar de negro las puertas de las casas de Dublín. Los dublineses, un poco rebeldes, decidieron pintarlas de colores.
- Puertas de colores para no confundirse de casa. Según algunas leyendas, a veces los irlandeses llegaban tan borrachos a casa que se confundían y picaban en la puerta del vecino. La versión más negra de esta leyenda relata que un hombre borracho al llegar a casa encontró a su mujer con otro hombre y los mató. Al día siguiente, al despertarse… se dio cuenta de que estaba en casa de los vecinos. Desde entonces, cada habitante decidió pintar la puerta de su casa para diferenciarse.
- Colores para representar oficios. La última leyenda para explicar el porqué de las puertas de colores de Dublín está relacionada con la necesidad de atraer clientes. Para cualquier trabajador, pintar su puerta de color rojo, amarillo, o cualquier otro, servía para llamar la atención de los vecinos y que supieran que en esa brillante y colorida puerta se encontraba un doctor, zapatero, carpintero…
EL ELEFANTE DE LOS JARDINES PRINCESS STREET EN EDIMBURGO
Si algún día tienes la oportunidad de pasear por estos preciosos jardines del centro de Edimburgo, te encontrarás con la figura gigante de un elefante que recuerda a los peluches para bebés y con una placa con este mensaje: “En memoria de nuestros preciosos bebés, que se han marchado pero nunca olvidaremos”.
El elefante recuerda a los al menos 250 bebés que, tras nacer muertos o morir a los pocos días, fueron incinerados y cuyas cenizas no se devolvieron a sus padres. Y es que durante más de 40 años, un crematorio de la ciudad enterró en secreto las cenizas de los bebés fallecidos en una tumba sin marcas en el cementerio de Mortonhall. A los padres se les decía que, tras la incineración, no quedarían cenizas que dispersar o enterrar.
La figura de este elefante de bronce que pesa ocho toneladas es obra del arquitecto Andy Scott, quien decidió escoger un elegante para este memorial con el fin de hacer un guiño al adagio “los elefantes nunca olvidan”.
TANUKI: EL PERRO MAPACHE JAPONÉS CON TESTÍCULOS GIGANTES
Ya sea por historia, cultura o folclore, prácticamente cada país del mundo tiene entre sus símbolos nacionales…¡un animal! En España, es el toro; en Estados Unidos, el águila calva; y en Japón…¡el tanuki! Bueno, no es el símbolo del país nipón pero si un animal legendario y muy importante en su cultura.
Yo lo vi por primera vez en Nara, en las puertas de muchas casas particulares, pero también es habitual encontrarlo en restaurantes y comercios. La imagen de este “bichejo” me parecía tan rara que decidí investigar un poco. ¿Y qué descubrí?
Que el tanuki existe en la vida real. Se trata de un perro mapache japonés.
Si te fijas en las figuras del tanuki que acompañan estas páginas, verás que tiene unos testículos enormes. Se trata de una exageración cómica de este perro mapache en la vida real. De hecho, el tanuki tiene un escroto bastante grande y en la época Kamakura los orfebres lo utilizaban para trabajar el oro.
Y así es cómo una técnica laboral convirtió a este animal en una imagen folclórica. Como el escroto del tanuki permitía “estirar el oro”, se le comenzó a ver como un símbolo de riqueza y amuleto de prosperidad.
Según la leyenda, tanuki tiene ocho rasgos que traen buena fortuna. ¿Y por qué ocho y no siete? Probablemente se crearan 8 para hacer coincidir estos rasgos con el símbolo hachi (significa “ocho”) que suele encontrarse en las botellas de sake que llevan las figuras de tanuki.
Los 8 rasgos, convertidos en 8 virtudes del tanuki son:
- Un sombrero de paja que protege contra los problemas o el mal tiempo.
- Grandes ojos para ver mejor el entorno y ayudar a tomar buenas decisiones.
- La botella de sake que representa la virtud.
- La firmeza y la fortaleza quedan representadas en su gran cola.
- El enorme escroto hace referencia a la riqueza y la fortuna en el ámbito económico.
- Un libro de cuentas que simboliza la confianza.
- Su gran barriga representa calma y tranquilidad.
- Por último, la sonrisa amistosa hace referencia a la buena atención al cliente.
¿Qué te han parecido las leyendas? Espero que no las recuerdes si algún día viajas a Edimburgo, Dublín o Japón. 😉
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