Las varices son causadas por una dilatación excesiva y permanente de una o varias venas, acompañada de una alteración de la pared del vaso sanguíneo.
La persona que padece de varices desea darse más libertad y tiempo libre, pero no sabe cómo hacerlo, se hace cargo de muchas labores aunque le resulten pesadas y penosas, a causa de que exagera la importancia de sus obligaciones, al mismo tiempo que le resulta difícil realizarlas con alegría, obligándose a permanecer en una situación que odia.
Observa la parte del cuerpo afectada por las varices para saber dónde se sitúa el problema.
Las varices se sitúan habitualmente en las piernas:
Mis piernas me permiten andar por la vida, desplazarme de un lugar a otro. Así, puedo concluir que “el lugar en el cual estoy ya no me conviene o que no me gusta lo que realizo actualmente”. “Ya no le encuentro alegría”. Puede tratarse de una relación afectiva o incluso de un trabajo que se me ha hecho monótono.
En muchas ocasiones, las varices tienen el sentido biológico de impedir que la sangre “sucia” con residuos y CO2” vuelva al corazón (hogar) y a los pulmones, para ser limpiada. Ello responde a una suciedad, una condena, una mancha que queremos esconder (a nivel personal o transgeneracional).
Las varices en las piernas aparecen frecuentemente durante un embarazo, lo cual demuestra ciertos temores están vinculados a este estado; como mujer embarazada, “tengo miedo de compartir este amor con otra persona”, “puedo perder mi individualidad en mi nuevo papel de madre”…
La sangre representa la alegría de vivir y la circulación del amor en mi Universo y mis venas son el medio de locomoción. La sangre en mis venas está en el camino de vuelta hacía el corazón, llevando con ella todo el amor que recibió del Universo.
Las varices pueden indicar que un profundo conflicto emocional está directamente vinculado a la capacidad de amarme y de recibir todo este amor. “La dirección que tomo o el suelo en que estoy no me dan lo que estoy esperando, en el sentido emocional”. Esto bloquea y alborota mi “movimiento emocional”. “Tengo la sensación de arrastrar un peso enorme, como el preso que debe arrastrar constantemente su peso”. Frecuentemente se trata de un peso financiero, causando muchos dolores de cabeza.
Cuanto mayor sea la sensación de pesadez que te aportan las varices, más fuerte es el mensaje que recibes de que la vida te parece pesada y penosa.
Para restablecer esta situación, es importante que aprendas a amar lo que haces, sentirte libre de elegir y circular libremente. Es momento de saber que no necesitas estar dirigido por los “tienes que”. Puedes permitirte un descanso temporal sin creer que, por ello, no eres una buena persona. La vocecita que siempre te empuja a hacer más o a hacerlo mejor, no es la voz de tu corazón. Deja que éste te dirija; él conoce mejor tus necesidades.
ELIGE LO QUE QUIERES Y LO QUE AMAS.
Se acerca el verano y todos nosotros queremos mostrar la mejor versión de nuestro cuerpo. Por ello, empezamos a hacer ejercicio, a cuidar nuestra alimentación pero no todo lo que queremos que desaparezca conseguimos que lo haga. Las varices, son un buen ejemplo de ello. Comer sano y hacer deporte son dos buenas formas de prevenirlas, pero en muchas ocasiones estas permanecen. Si están pensando en eliminarlas para siempre, contacta con profesionales.