Sam Bartram fue un futbolista nacido en 1914, y fallecido en 1981, que desempeñó toda su carrera en el Charlton Athletic inglés, que actualmente milita en la Football League One.
Sam Bartram comenzó su carrera en un equipo no profesional como jugador de campo, pero en una final de copa en el año 1934 su equipo se quedó sin portero y él tuvo que ponerse bajo palos. Un ojeador del Charlton Athletic que estaba presente en el encuentro se sorprendió del nivel que ofreció en la portería y desde ese año, Sam Bartram comenzaría su carrera como leyenda del Charlton Athletic, dónde jugó hasta los cuarenta y dos años, rompiendo el récord de futbolista más veterano en la historia del club.
El veinticinco de diciembre del año 1937, la niebla se hizo protagonista de la jornada futbolera por excelencia en Inglaterra, provocando la suspensión de muchos partidos. En Stamford Bridge se enfrentaban el Chelsea y el Charlton Athletic, y a pesar de las condiciones climatológicas, el choque se disputó.
Después de ir 1-1 al descanso, el segundo tiempo arrancó con normalidad, pero ante la imposibilidad de jugar en esas condiciones, el árbitro se vio obligado a suspender el encuentro. Tanto el público se marchó a casa como los jugadores se retiraron del terreno de juego, todos a excepción de uno: Sam Bartram, incapaz de ver absolutamente nada con la niebla.
El propio Sam Bartram afirmó que cada vez veía menos y menos al resto de jugadores, pensando de que su equipo dominaba el partido y por eso no apreciaba a sus defensas. Le parecía obvio de que no habían marcado gol, ya que sino sus compañeros habrían regresado a sus posiciones iniciales, además de no escuchar gritos de celebración.
Quince minutos después de la suspensión, un agente de seguridad se acercó a Sam Bartram sorprendido al verlo aún sobre el verde, ya que hacía un cuarto de hora desde que no se estaba disputando el choque y el estadio estaba ya totalmente vacío. Como es obvio, Sam Bartram volvió a vestuario tras esta inusual situación, siendo el centro de todas las burlas al volver a reunirse con sus compañeros.
En la actualidad, Sam Bartram cuenta con una estatua en la entrada del estadio del Charlton Athletic, y es que a pesar de esta curiosa anécdota, su nombre jamás será olvidado en la historia de este humilde club inglés.
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