El pasado diecisiete de junio, Sergio Ramos se despidió del Real Madrid tras dieciséis años en los que el jugador andaluz ha sido clave en la conquista de los títulos blancos, y no sólo por sus méritos en el campo, sino también por saber capitanear un vestuario nada fácil de gestionar.
Con la marcha del camero, el conjunto merengue pierde al mejor defensa de su historia, y aunque ya tenga treinta y cinco años, aún le queda alguno más jugando al máximo nivel si le respetan las lesiones. Sergio Ramos se despide del Real Madrid siendo el cuarto jugador que más partidos ha diputado con la elástica blanca, solamente por detrás de Iker Casillas, Raúl González y Manolo Sanchís.
Ramos llegó al club vikingo con tan sólo diecinueve años, procedente del Sevilla Fútbol Club a cambio de veintisiete millones de euros. Ni que decir hay de que fue un regalo con las cifras que se pagan a día de hoy por los fichajes. Además de un defensa, en ese momento lateral, Sergio Ramos no sólo ha demostrado estos años de su gran papel en la zaga, sino que también se marcha con más de cien goles, algo que muy pocos defensas pueden decir en la historia del fútbol.
El palmarés del sevillano es espectacular, pues a nivel colectivo ha conquistado cuatro Champions, cinco Ligas, dos Copas del Rey, cuatro Supercopas de España, tres de Europa y cuatro mundiales de clubes. En todos estos títulos Ramos tuvo un papel importante, pues quién no recuerda su tanto en 2014 en el minuto noventa y tres ante el Atlético de Madrid que valió a la postre la ansiada décima Copa de Europa, o su tanto también en el último minuto ante el Sevilla con el que forzó una nueva prórroga que sirvió para que el Real Madrid acabase levantando la Supercopa de Europa. Nadie puede discutir de que Sergio Ramos se ha dejado la piel siempre por el Real Madrid, y aunque no se vaya como realmente hubiera merecido, siempre será una leyenda en el club.
Desde que en 2011 se estrenase como capitán, ha sido el líder que necesitaban los blancos para vivir una de las épocas más importantes del club merengue, y es que seguramente tardaremos muchos años en ver a un capitán en el Bernabéu a la altura de un Ramos que deja el listón muy alto. Llegó como un niño y se marcha como un mito, por eso todos los madridistas sólo podemos desearle la mayor suerte de cara al futuro y decirle: ¡Gracias por todo, capitán!
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