• Saltar a la navegación principal
  • Saltar al contenido principal
  • Saltar a la barra lateral principal
  • Saltar al pie de página
  • Mi cuenta
  • Anuncia tu empresa
    • Tamaños
    • Información
  • Quiénes somos
    • El TODO
    • Distribución
    • Redes sociales

Revista Todo

Revista Quincenal Gratuita

¿BUSCAS UNA EMPRESA?

  • Artículos
    • Naturaleza
      • Medio ambiente
      • Sube a la naBe
      • De la planta a tu piel
      • ¡Anda Ya!
    • Educación y Salud
      • Mente sana II
      • Tu matrona recomienda
      • ComunicaT
      • Aprende bien
      • Ponte en forma
      • Salud en tu mente
    • Ciencia & Tech
      • Un Geek en Munich
      • CódigoAbierto
      • Tu consultorio de ciencia
    • Deportes
      • Deporte local
      • El gol de Andrés
    • Literatura
      • El rincón Andaluz
      • Literatura Juvenil
      • Mundo Mascotas
      • Musas poéticas
    • Legalidad
      • El rincón del Jurista
      • La ley a tu medida
    • Don Dinero
    • A pleno pulmón
    • A simple vista
    • Igualdad
    • Heels and Roses
    • Made in Vélez
    • Recetas de cocina
      • Mar de dulce
      • Recetas de Rafaela
      • Repostería Luis Gamerman
  • Noticias
    • Vélez-Málaga
    • Rincón de la Victoria
    • Nerja
  • Anuncios breves
    • Renovar anuncio
    • Publicar anuncio
    • Responder al anuncio
  • Farmacias de Guardia
  • Empresas
  • Loterías
Portada » El primer milagro de Jesús (Cuento de Navidad)

El primer milagro de Jesús (Cuento de Navidad)

26 diciembre, 2018 por Miguel Dávila Panadero Deja un comentario

— Beee, beee..
El balido de las cabras al atardecer regresando a pernoctar, resonaba en las montañas.
— Otra vez regresan con las ubres secas. ¡Seis días sin leche! Debieron comer alguna hierba extraña.
Las cabras entraron en la cueva, dirigiéndose directamente al redil en busca del calorcillo que les proporcionaba la paja seca. Fuera hacía un frío que pelaba. Faltaba un día para la Navidad.
— ¿Preguntaste a otros pastores?
— Lo hice. Sólo las nuestras están así.
— Es mala suerte, sin leche no hay quesos y no podremos ir a Belén a venderlos.
— Menos mal que la vaca no salió a pastar.
— Coloca las tablas en la entrada para que no salga el ganado y acércate a la candela. Debes venir aterido.
El pastorcillo obedeció a su padre, acercándose después al fuego donde su madre y sus hermanos permanecían acurrucados, aprovechando al máximo el calor de los leños ardiendo.
— Trae un trozo de cepa y échalo al fuego, mientras tu madre prepara la cena — ordenó su padre.
— Bendice Señor estos alimentos que vamos a consumir gracias a tu generosidad. Amén.
— Amén — contestó la familia.
Un buen cuenco de madera lleno de leche de vaca recién ordeñada y un trozo de una hogaza de pan fue su cena.
— Es mala suerte lo de las cabras. Si siguen así, no nos servirán de nada. Habrá que sacrificarlas una a una para alimentarnos de su carne.
El pequeño estuvo a punto de llorar. El rebaño era su familia. Cada cabra respondía a un nombre y él las conocía a todas. Mientras su padre seguía especulando con el destino de los animales, él musitaba una plegaria. Terminada la oración, la cueva se inundó de luz como si volviera el día.
— ¡Salgamos a observar este extraño fenómeno! — ordenó el padre.
Una gran estrella viajaba lentamente por el firmamento proyectando su luz en la montaña.
— ¡Sigue moviéndose en dirección a Belén! — exclamó la madre.
— ¡Se ha parado detrás de aquella loma! — dijeron los tres hermanos.
Era media noche. Una extraña sensación recorrió el cuerpo del pastorcillo. Sintió la llamada de Dios.
— Iré a ver dónde se ha parado. Conozco bien esa zona y con tanta luz es imposible extraviarse.
Cogiendo su zurrón esperó la autorización paterna.
— Regresa pronto, te esperaremos junto al fuego.
— Toma estos dos dátiles por si te entra hambre.

Guardando los dátiles en el fondo de su zurrón, el pequeño bajó la ladera de su montaña e inició la ascensión del cerro colindante. Desde lo alto de la colina contempló el destino de la estrella. Permanecía inmóvil proyectando su luz a unas pequeñas cuevas, donde algunas veces, por culpa de las lluvias, se había cobijado con sus cabras.
Al llegar al lugar contempló a un matrimonio con un niño recién nacido envuelto en una pequeña manta de lana sobre la paja. Cosa extraña: el frío de la noche había desaparecido, como si la luz estelar fuera luz solar.
Acercándose al niño, sintió un placer indescriptible, olvidando por un momento su fugaz cena. — ¿Cómo se llama? — Emmanuel (Dios con nosotros).

— Yo me llamo Juan y vivo con mis padres en una cueva cercana.
Sintiéndose a gusto, conversó un buen rato con el matrimonio.
— Entonces… vuestras cabras han dejado de dar leche.
— Así es, Señora.
María, mirando al recién nacido exclamó:
— Dice mi hijo que llenes el zurrón de paja para tus cabras.
— ¿Cuándo lo ha dicho? ¡Yo no escuché nada! No obstante, obedeceré.
— Acaba de nacer y habla con su mirada — dijo María al pastor.

Sacando los dos dátiles que le dio su madre, se los ofreció a los nuevos padres. — Sólo puedo ofreceros lo que tengo.
Juan llenó su zurrón con paja y, despidiéndose de la familia, inició la vuelta. Estaba amaneciendo. Había estado toda la noche fuera. Su padre le reñiría, además con razón. Entrando sigilosamente en la cueva, encontró a su familia sumida en un profundo sueño. Cosa extraña, ya que siempre se levantaban al despuntar el alba.

— Beee, beee…
Las cabras notaron su presencia. Con sumo cuidado, fue dándoles en la palma de su mano la paja que trajo del pesebre. Instantes después, sus ubres se llenaron de leche.
— ¡Milagro! ¡Milagro! — gritó con todas sus fuerzas, despertando a su familia.
— ¿Dónde está el milagro? — preguntaron.
— ¡Observad las cabras! Habrá que empezar a ordeñar. Deben estar doloridas por la hinchazón de sus ubres, nunca las vi tan infladas.

También observó que las cinco viejas cabras del rebaño habían rejuvenecido, su pelaje brillaba cómo si fueran jóvenes; pero no dijo nada.
Varias horas estuvieron sacando leche sin parar. Mientras ordeñaban, Juan comentó lo ocurrido la noche anterior. Recalcando en su narración la figura de Emmanuel.

— Hoy mismo elaboraremos diez quesos que cambiaremos por cinco mantas de lana, que tanta falta nos hacen para pasar el invierno.
— ¿Y mañana, qué? — preguntó Juan.
— Mañana se cambiarán por dátiles — respondió la madre.
Las siguientes peticiones fueron: trigo, túnicas nuevas y calzado adecuado para el invierno.
— Más adelante, compraremos un burro que tanta falta nos hace para transportar leña.
— Guardaré la paja que queda en el zurrón, no sea que vuelva a ocurrir.
Éste fue el primer milagro de Jesús. No fue transcrito, porque los únicos testigos no sabían escribir.

Gracias por compartir

Interacciones con los lectores

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Barra lateral principal

Buscar en revistatodo.com

Ya puedes ver la edición #803 (Segunda quincena de Marzo)

Anuncios Aleatorios

  • Maestro o psicopedagogo
    Maestro o psicopedagogo
    Se busca persona relacionada con el ámbito educativo para trabajo a media jornada relacionado con los juegos de mesa. Podría…

    [Leer más]

  • Se vende bar-restaurante a 100m de la playa en Torre del Mar
    Se vende bar-restaurante a 100m de la playa en Torre del Mar
    Se vende café-bar-restaurante en Torre del Mar situado a 100m de la playa, en funcionamiento. Listo para comenzar a trabajar.…

    [Leer más]

  • CHICA de 21 años y con experiencia busca trabajo cuidando niños.
    CHICA de 21 años y con experiencia busca trabajo cuidando niños.
    CHICA de 21 años y con experiencia busca trabajo cuidando niños. Tlf. 722754817.

    [Leer más]

Loterías

  • Loteria
  • Bonoloto
  • Primitiva

Footer

Revista Todo

TODO es una revista quincenal de publicación comercial, independiente y decana de La Axarquía. Sin duda es, hoy por hoy, el medio de comunicación más conocido.

Síguenos

  • Correo electrónico
  • Facebook
  • Instagram
  • Teléfono
  • Pinterest
  • Twitter
  • YouTube

Dónde estamos

C/ Orquídea 2 Vélez-Málaga
Tlfnos.  952 501 576 | 696 609 158
redaccion@revistatodo.com

Buscar anuncio breve

Artículos

Francisco Aurelio Dávila

ONÍRICO I

Antonio J. Reyes

Vélez CF y Torre del Mar afrontan una temporada histórica

Juan Carlos González Delgado

Proyecto SOLI

Copyright © 2023 · Revista Todo | Política de privacidad | Política de cookies