Si hay algo que nos demostró todos esos meses en los que la afición no pudo entrar a los estadios por la pandemia es la importancia de esta en cada partido, pues la motivación de los futbolistas cuando se sienten arropados provocan muchos más goles, remontadas y emoción que cuando las gradas están vacías.
En el mundo del fútbol, y obviamente en otros grandes deportes, la cabeza es la mayoría de veces más importante que el propio físico, y es que un jugador que está disputando un encuentro no va a correr nunca igual sin la exigencia del público que con ella, ya que los gritos de cientos y miles de personas logran que las fuerzas de los futbolistas salgan hacia delante aún cuando parece que es imposible.
Cuando los partidos se disputaban a puerta cerrada, los locales dejaron de partir como favoritos y se igualaron los porcentajes, ya que aunque jugaran en su campo, las fuerzas se igulaban y era prácticamente como jugar en campo neutral. Una vez se recuperó poco a poco la normalidad en los estadios, los equipos de casa volvieron a mostrarse superior mayoritariamente gracias al apoyo de sus respectivas aficiones.
Toda aquella persona que va a un estadio a animar sabe lo que siente por su equipo, y es que cuando sales de casa para ir al estadio y te encuentras con el resto de aficionados, los nervios te empiezan a entrar por el cuerpo y lo único que deseas es que llegue ya el pitido inicial para dejarte la garganta apoyando a tu equipo. Es mucho menos dura una derrota cuando ves que no eres el único que está sufriendo con el resultado, y se disfrutan mucho más las victorias cuando sabes que gran parte del mérito es tuyo por haber estado animando a esos jugadores que al final han conseguido el objetivo.
Ningún equipo será fuerte jamás sin una afición, ya que es muy triste estar disputando un choque y que lo único que escuches sean los gritos de tus propios compañeros, rivales y entrenadores. La afición es sin duda un jugador más, ya que cuando juegas fuera de casa te haces mucho más fuerte si tienes un grupo de personas detrás dejándose la voz por tu equipo que cuando tienes a todo el estadio en tu contra, ya que en este caso te haces mucho más pequeño y seguramente acaben ganándote la partida.
Es muy bonito tener un sentimiento como lo es un equipo de fútbol, por ello este deporte es el más bonito del mundo. Disfrutar del fútbol debe ser siempre el objetivo número uno, y aunque siempre haya roces entre aficiones, jamás hay que olvidar que es un deporte simplemente, y lo más importante es divertirse, ya sea desde dentro del terreno de juego si no compites a nivel profesional o desde las gradas siendo el jugador número doce.
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