Cansados de tomar medicación, aplicarse pomadas o acudir a diferentes especialistas, es muy frecuente que muchas personas apelen al gimnasio como última opción para tratar de resolver sus dolores musculares o articulares.
Cuando recibo un paciente con molestias en las articulaciones del tren inferior o la espalda baja, lo primero que hago es analizar y valorar si existen descompensaciones musculares que puedan derivar a dichas dolencias, ya que el dolor es una señal de que algo no va bien y para abordarlo correctamente debemos encontrar su origen.
Entendiendo el cuerpo humano como un todo, por lo que inicio mi búsqueda desde la base, el pie.
Los pies son la base de sustentación de nuestro cuerpo y un desequilibrio en ellos hará que el reparto de fuerzas sea desigual, pudiendo provocar diferentes patologías en las demás articulaciones, sean cual sea su ubicación.
No es raro que me lleve una sorpresa al quitarle la zapatilla al usuario. La mayoría de las veces puedo observar un bonito y pequeño pie, muy comprimido, todo lo contrario a la propia anatomía de esa zona. Me suele llamar la atención tan “estético” piececito, todos los huesecillos tan bien recogidos, siendo esto indicativo de un exceso de tiempo con un calzado que hace comprimir los 26 huesos y más de 100 músculos, ligamentos y tendones de los que forman parte esta estructura.
El pie por naturaleza está diseñado para ser libre, pero la industria de la moda, avanza al contrario de nuestra condición. Cada vez se empeñan en fabricar zapatillas más estrechas o con suelas más altas que van en contra de la naturaleza de nuestros pies y nuestro caminar.
Esta “deformación” del pie es en muchas ocasiones la culpable de que suframos patologías óseas y que las fuerzas se transfieran de manera no armónica, provocando en numerosas situaciones desgastes articulares que generan dolor.
Cuando les pregunto que si andan descalzos, la respuesta siempre es la misma, nunca. No es normal tener los pies al descubierto, ni siquiera cuando estamos en nuestra casa sentados en el sofá. El calzado se ha convertido en indispensable desde el momento que nos levantamos de la cama, incluso es corriente ver a bebés en la cuna con zapatos ya puestos.
Si quieres disfrutar de una buena salud articular, debes prestar atención a tus pies, son ellos los encargados de sostenernos y hacer que nos desplacemos de manera eficiente, con un reparto de fuerzas de manera armoniosa. Tus pies necesitan libertad para logar activarse al completo y que nos ayuden a ejecutar la marchar de una manera satisfactoria.
Consejos para un buen cuidado del esqueleto de tus pies:
- Di NO a esas zapatillas con plataforma y la última cámara de aire que te protege de malas pisadas, que ayuda a que la musculatura de nuestros pies se desactive y quede inhibida.
- Ahora que llega el verano dale el gusto de ser libre a tus pies. Añade progresivamente paseos descalzo por la playa, de esta manera, estaremos activando las fibras musculares de nuestro pie, liberando las fascias y permitiendo que los huesos del pie se sientan libres y exentos de fuerzas de compresión.
- Realiza ejercicios de propiocepción del pie y estiramientos de manera diaria. Tu salud postural, articular y muscular lo agradecerá.
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