Las cataratas son una enfermedad en la que el cristalino (lentilla biconvexa del ojo) se vuelve progresivamente opaco a tal punto que la visión se vela y se distorsiona, lo cual lleva a la ceguera a más o menos largo plazo.
Las cataratas generan la impresión de que hay un velo que cubre al ojo. La persona afectada tiene una percepción velada de lo que pasa a su alrededor. Prefiere no ver antes que ver un fracaso o un final. Si la catarata es interna, prefiere tener una percepción velada de lo que pasa en su interior antes que ver su propio fracaso. De este modo ve la vida sin luz, sombría, y por ello vive en la tristeza y en la melancolía.
Esta forma de incapacidad física llega a la vida de una persona en el momento en que ya no desea ver interiormente lo que sucede delante de él, lo que seguirá o lo que amenaza con influenciar su vida y las decisiones que debería tomar.
La visión disminuye porque la energía ya no baña este lugar. Pierde brillo y se oscurece, ve el futuro con un ojo oscuro y velado, sin alegría en el corazón. Es posible que tenga una actitud egocéntrica y que quiera ver la vida sólo a su modo sin tener en cuenta la realidad ajena. Es una actitud egoísta que puede incluso hacerle creer que es superior a los demás. Esta catarata aparta a la persona del presente, le retira del mundo que le rodea.
La catarata aparece normalmente hacia el final de la vida, en el momento en que se instala el miedo de envejecer y volverse impotente para ciertas cosas. Es como si ya no quisiera ver la futura imagen de sí mismo, por temor a que le disguste demasiado. Suele perder la flexibilidad mental y de acción, se vuelve menos tolerante y olvida frecuentemente los sucesos que acaban de sucederle.
Ante estos hechos, no tiene interés en ver el futuro que puede parecerle atemorizante y muy oscuro (las cataratas son frecuentes en los países en vía de desarrollo).
¿Qué hacer?
El mensaje que te envía tu cuerpo por medio de la catarata es que no les pidas a los demás tanto como te exiges a ti mismo. Tu enorme miedo a perder, a que algo termine, al fracaso o a una quiebra, te impide ver el lado bueno de la vida.
Sin embargo, puedes levantar el velo que te impide ver tu auténtica realidad poniendo tu atención en tu luz interior. Acepta el desafío de mirar adentro de ti y verás toda la luz y la belleza que te rodean, mira todo lo que has creado hasta ahora. Es mucho mejor de lo que piensas.
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