Literatura Juvenil

Y cayeron las lagrimas del ángel de la poesía.

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“Robo ingenioso”

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Después de hablar con el tito del negocio, fui a ver a mamá y le conté las dos conversaciones. Me llenó de besos y abrazos al saber que el dinero de la recompensa sería para ella. Confiaba ciegamente en mí.

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Por la tarde sonó el teléfono de casa.
—¡Diga!
—¡Hola Peto!

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—Cambio de planes –dijo Jésica en el rellano de las escaleras —,merendaremos fuera.
—¿A qué se debe el cambio de planes?
—Papá tiene que ver a uno de sus socios en el restaurante de un súper. Debe firmar un documento ante notario. Creo que haremos una merienda cena. Con papá no podemos hacer planes anticipados.

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Cuando iba a descansar a mi habitación, escuché voces de personas hablando, una me pareció la de Patxi. Como la puerta estaba entreabierta, me asomé, era él.

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—¿Qué hay debajo? Yo no veo nada.
—Otras dos plantas, en una está la sala de billar, la lavandería, el cuarto de la plancha, el garaje y varios salones con un despacho. En la otra, está la bodega, excavada en roca aprovechando una antigua cueva y la sala de calderas, gracias a ella, tenemos calefacción en toda la casa.. Después las visitaremos.

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A las cinco, mamá esperaba en la puerta del colegio. Nos habían dado las vacaciones de Navidad y hacía un frío horrible; el termómetro exterior del colegio, marcaba 2º bajo cero, pero la sensación térmica era de 2 o 3 grados más

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—Lo dejaremos en un desayuno con churros, en diciembre no me apetece comer helados. Si quiere invitarme vaya mañana al bar de Pedro que está en mi barriada, así conocerá a mis padres. Pablo le dará la dirección.
—Mañana me acercaré con mi señora a eso de las diez, tiene ganas de conocerte, estos días le hablé mucho de ti.

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Aquella noche me puse en contacto con mi pariente y le facilité toda la información. Enseguida puso a trabajar a varias decenas de miles de espíritus. Cuando desperté, todavía no había recibido información del bisabuelo. Tres días después se puso en contacto conmigo.

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