El próximo veintiocho de mayo, el Real Madrid tendrá la oportunidad de levantar su decimocuarta Copa de Europa ante el Liverpool, mismo rival que en la última final a la que llegó, cuando los recordados errores de Karius facilitaron el título a un Madrid que acabó divirtiéndose sobre el terreno de juego.
El conjunto blanco llegará a la final tras una épica competición en la que las remontadas han sido la bandera del equipo a lo largo de las eliminatorias. Tras una gran fase de grupos en la que los merengues lograron quince de dieciocho puntos posibles, se colaron en octavos como líderes de grupos con la única derrota, y muy sorprendente, en el Bernabéu ante el Sheriff. En octavos llegó el París Saint Germain, que logró el triunfo en la ida con un gol de Mbappé sobre la bocina. En la vuelta, el francés volvió a anotar y dejó sobre las cuerdas a un Real Madrid que parecía muerto. Un error de Donnarumma provocado por Benzema dio vida a los blancos, que con dos goles más del propio Karim en un cortísimo periodo de tiempo dieron la vuelta a la eliminatoria e hicieron vibrar a la afición madridista.
En cuartos de final llegaba el actual campeón de la Champions, el Chelsea. En Stanford Bridge, el Real Madrid se mostró superior y se llevó el gato al agua con un buen uno a tres. Todo se complicó en la vuelta hasta el punto de que los ingleses se pusieron cero a tres, o lo que es lo mismo, con ese marcador el clasificado era el Chelsea. Luka Modric sacó su varita y forzó la prórroga gracias a una asistencia de lujo aprovechada por Rodrygo. En los treinta minutos extras, el Real Madrid logró el pase gracias a un cabezazo de Benzema, volviendo a demostrar que este año merece más que ningún otro jugador el Balón de Oro.
En semifinales le tocó al Real Madrid enfrentarse al Manchester City de Pep Guardiola. La ida fue, de lejos para el espectador neutral, el mejor partido del torneo, imponiéndose los citizens 4-3 al cuadro dirigido por Carlo Ancelotti. Los ingleses fueron muy superiores al Real Madrid, pero perdonaron en exceso, y Benzema y Vinicius llevaron la eliminatoria viva al Santiago Bernabéu. Nuevamente los blancos tiraron de épica en la vuelta después de que Mahrez pareciera acabar con las ilusiones blancas, pero dos goles de Rodrygo en prácticamente sesenta segundos desataron la locura en las gradas forzando una nueva prórroga, en la que nuevamente Karim Benzema sellaría la clasificación, en este caso, para la gran final de París.
El Liverpool será un hueso duro de roer para el Real Madrid, pues tras una inmaculada fase de grupos en la que hizo pleno de puntos, dejó por el camino al Inter de Milán, el Benfica y el Villarreal. Es cierto que el camino a la final de los reds ha sido mucho más llano en cuanto al nivel de sus rivales que el del equipo español, pero el actual Liverpool es un equipo mucho más completo que el de 2018, y no se lo pondrá nada fácil al Real Madrid en el último escalón antes de la gloria.
Recuerden la cita del próximo veintiocho de mayo a las 21:00h en la que el Real Madrid puede seguir aumentando su historia, y es que además, el encuentro será televisado en abierto en La 1, por lo que ese día serán millones de españoles (y en el resto del mundo) los que estén pegados al televisor, aunque como todos sabemos, no todos deseando que gane el equipo español. Y es que no hay nada más bonito en el fútbol que la rivalidad.
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