El próximo 16 de mayo conoceremos el sucesor del Manchester United como campeón de la Europa League. La final 2018 se disputará en Francia, concretamente en el Parc Olympique Lyonnais. Esta temporada nos hemos encontrado con equipos muy fuertes en este torneo, dignos de ser participantes y llegar lejos en la máxima competición europea.
Debido a este motivo está relacionado el título de este artículo, pues ya que no pueden luchar por la “orejona”, deberán conformarse con pelear por levantar el título de la Europa League. El nombre de esta competición ha variado en unas cuantas ocasiones, y por eso vamos a repasar los campeones de esta competición desde que la UEFA adoptara el nombre de Europa League.
La primera temporada que la competición se denominó Europa League fue en la 2009/10, y el campeón tuvo nombre español. El Atlético de Madrid se hizo con el trofeo tras vencer en la final por 2-1 al Fulham. En la primera parte, Forlán adelantó a los colchoneros aprovechando un mal tiro del Kun Agüero que no hubiera terminado en gol de no ser por el uruguayo. El Fulham empató pocos minutos después con un fortísimo disparo de Davies en el que David De Gea no pudo hacer nada por evitar que el balón cruzase la línea de gol. Ya en la prórroga, fue otra vez Diego Forlán el que anotó gol para los rojiblancos. Un remate a pase de Agüero dio el triunfo al Atlético de Madrid.
En la siguiente campaña no tuvimos a ningún representante español en la final. Es más, la final la disputaron dos equipos de un mismo país: Portugal. El Oporto se llevó la victoria ante el Sporting de Braga con un remate de cabeza de Radamel Falcao, que fue suficiente para coronar a los de Villas-Boas en Europa. En la temporada 2011/12 se repitió lo de una final 100% de un mismo país, aunque en este caso le tocó el turno a España. El Atlético de Madrid volvió a llevarse el título dos años más tarde del último goleando al Athletic Club de Bilbao. Casi nada más comenzar el encuentro, un golazo de Falcao desde dentro del área a lo “Juan Palomo, yo me lo guiso, yo me lo como” abrió la lata a favor del club madrileño. Pasada la media hora de juego, el colombiano Falcao sumó otro gol a su cuenta particular con una fantástica media vuelta dentro del área que dejó sin opciones a la defensa bilbaína. En los minutos finales, el brasileño Diego Ribas puso el 3-0 definitivo.
En 2013, la gran final enfrentó al Chelsea y al Benfica. Los ingleses se adelantaron en el electrónico con un gol de Fernando Torres, el cual se deshizo del portero con un regate y puso el primero en el marcador. El Benfica igualó el partido pasada la hora de partido gracias a un penalti cometido por mano de Azpilicueta, y que Cardozo no desaprovechó. En el tiempo de descuento, cuando ya se olía la prórroga, Ivanovic dio el triunfo a los “blues” con un cabezazo tras un saque de esquina. El Chelsea se llevaba el triunfo con un marcador final de 1-2.
Durante los próximos años la gloria llegaría a Sevilla con tres títulos consecutivos. En 2014, la tanda de penaltis dio la victoria a los andaluces ante el Benfica gracias a un fabuloso Beto que detuvo dos lanzamientos. En 2015, una trabajada victoria por 3-2 contra el Dnipro dio, nuevamente, la Europa League al Sevilla FC. Los de Emery se sobrepusieron al tanto inicial del Dnipro, y al del empate tras darle la vuelta al marcador, para hacerse con el preciado trofeo. El gol definitivo lo anotó Bacca en una excepcional jugada de 9 en el que superó a toda la defensa ucraniana. El último título europeo de los sevillistas antes de lograr superar la fase de grupos de la Champions League fue frente al Liverpool. Los hispalenses remontaron el gol inicial de Sturridge con un tanto de Gameiro y dos de Coke, y reinaron en Europa con un resultado final de 3-1. Cabe destacar que el conjunto de la capital andaluza es el que más veces ha ganado esta competición.
La temporada pasada fue el Manchester United el campeón. Un gol en cada parte; en la primera Pogba y en la segunda Mkhitaryan, dieron el triunfo al equipo dirigido por José Mourinho. Este año la final será de nuevo vista en miles de países por millones de espectadores, y es que esta competición, aunque sea la segunda en cuanto a importancia del continente europeo, es cada vez más apasionante tanto para los aficionados cómo para los clubes, y es que además del trofeo, futbolísticamente hablando, la posibilidad de jugar la Supercopa de Europa y asegurarse estar en Champions durante el siguiente curso es un plus para sus participantes.
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